lunes, 27 de abril de 2015

La historia del maquillaje en el siglo XX



Ya vimos un rápido vistazo acerca de los orígenes del maquillaje. Supimos por las pinturas rupestres como las mujeres del paleolítico ya empezaban a aplicar en su rostro distintas pinturas que podían representar muchas cosas (fertilidad, sumisión, adoración, sexo, etc.). Dimos un breve recorrido por Roma y fuimos testigos de cómo las mujeres de la época imperial preferían los colores claros. 

Viajamos hasta Egipto y nos dimos cuenta que el maquillaje, más que por razones estéticas, era empleado como protector solar tanto por mujeres como por hombres. En esta entrega vamos a echar un vistazo a la historia de la cosmetología en el siglo XX; de seguro será un viaje cautivador, ¿y por qué no?, quizás también ayude a desempolvar viejos estilos que se quedaron en el olvido.

El fin del siglo XIX trae consigo la ruptura de ciertos convencionalismos que ya desde antes empezaban a parecer gastados. La mujer de la nueva centuria se hace cada vez más consciente del poder de su feminidad y decide combinar su delicadeza innata con su empuje y ganas de salir adelante. Esta variación en la filosofía femenina viene acompañada de un cambio en los patrones de estética que los grandes emporios de la cosmetología empezaban a interpretar y traducir en lo que poco a poco empezaban a ser un sinfín de líneas de maquillaje. Cada década traerá características especiales; el cine, la televisión y las revistas de moda irán marcando la pauta a cuanto a estilo se refiere (ingresa al portal web y aprende a maquillar tus ojos según su forma). 


Los años 20 y 30

Fueron años difíciles, era el tiempo de la post guerra y el inicio de la crisis financiera que llevó a la miseria a millones de personas alrededor del mundo. No obstante todas las vicisitudes, las mujeres hacían frente a la situación dando un mayor énfasis a su lado más enigmático. Se emplearon las tonalidades claras y los labios eran pintados con coloretes en forma de mancha redondeada. Para destacar los ojos se utilizaba khöl con los párpados oscuros (morados o negros) y con forma redondeada. Las cejas se dejaban rectas o caídas y arqueadas mientras los labios se coloreaban con tonos granates o rojos intensos, dejando de lado el color de las comisuras en forma de corazón o boca de piñón. 

En la tercera década del siglo las mujeres comenzaron a lucir más glamorosas y elegantes. La boca se pintaba aún de forma estrecha, aunque ahora se trataba de hacer que luciera más natural perfilándola en forma de “arco de cupido”. Las cejas se arquean subiendo en forma de semicírculo y elevando el ojo; es en esos años que aparece el eye-liner, el cual se empleaba muy fino. Eran comunes las pestañas postizas. La cuenca del ojo se marcaba con sombras doradas, plateadas o combinadas con tonalidades marrones, azules o violetas. 


La década del cuarenta y cincuenta

Años paradójicos; el mundo nuevamente entraba en guerra y, quizás para disimular lo difícil de la situación las mujeres empezaron a lucir más sensuales y coquetas, dejando un poco de lado el recato de las décadas anteriores. Las actrices de la época marcaron tendencia; el sitio http://www.marie-claire.es/ nos dice que los labios rojos y el cabello en ondas en cascada, la tez pálida y los ojos nadando en rimmel y eyeliner negro fueron las tendencias de toda una generación de damas y jovencitas que querían parecerse a las leyendas del cine contemporáneo. 




Años de rebelión, música y movimientos estudiantiles: 60 y 70

Muchas personas, ya veteranas, dicen que la mejor década del siglo XX fue la década del sesenta. No se sabe si fue la mejor, pero que fue una de las más convulsionadas no hay duda de ello. En el aspecto del maquillaje, en la década de los sesenta se regresa un poco al estilo de los años 20; las formas redondeadas vuelven a estar de moda, el maquillaje se centra en los ojos, haciéndolos ver más grandes. Los ojos se perfilan con eye-liner en la parte superior e inferior, creando así una forma redondeada. Las sombras para ojos son  de colores turquesa, azules, blanquecinos y rosa pastel. Las pestañas lucen bastante exageradas, muchas veces se usan pestañas postizas. Para los labios se aplican tonalidades suaves y naturales; los colores rosados son los predilectos ya que brindan una imagen de inocencia y seducción al mismo tiempo. 

Los años setentas por su parte se caracterizan por el maquillaje natural, con ojos y labios con suaves tonalidades y bronceado dorado intenso. En estos años de liberación sexual, hippies y “paz y amor” destacan los labios brillantes, con gloss transparente o con tenues colores melocotón o rosa. Las mujeres rubias utilizaban delineador blanco o azul y sombras en tonos fríos mientras que las morenas optaban por los tonos tierra o verde mar. El delineador líquido tuvo una gran acogida en esta década.


El final de un siglo: años 80 y 90

Se van los Beatles, Abba y The Carpentiers y llegan Metallica, Pink Floyd y Bon Jovi. El maquillaje en estos años se caracteriza por no ser tan cargado; lo que se busca es mayor naturalidad; no hay preponderancia por ningún color en particular, todo se define según cada ocasión.  

Con el inicio de los ochentas se sigue manteniendo la diversidad en las formas, aunque los looks intensos, marcados y brillantes siguen llevando la batuta en cuanto a tendencias, con colores escandalosos, pómulos marcados en tonalidades marrones y moradas  y cejas bien definidas. 

Los noventas destacan por los maquillajes naturales, con colores claros y luminosos. En esta época aparece el gloss; los labios brillantes, las "caras de ángel" y la sencillez en las tonalidades contrastan visiblemente con la ostentación de décadas anteriores.

Brevísimo repaso de la historia del maquillaje



 “En el mundo solo hay dos clases de mujeres: las que se maquillan y las que no”. Esta frase es del célebre Oscar Wilde, famoso por su irreverencia y sarcasmo en una época donde el recato era la norma.  Viéndolo desde el punto de vista pragmático, el escritor irlandés tiene razón; ya en el siglo diecinueve el maquillaje era empleado para cubrir imperfecciones, disimular la edad o sencillamente, para resaltar la sensualidad de un rostro ya dotado de sensualidad.  La historia del maquillaje se extiende mucho más atrás que la época de Wilde (las mujeres del antiguo reino de Mesopotamia utilizaban la malaquita, una piedra verde, para hacerse las sombras)por lo que resultaría interesante hacer un breve repaso al respecto. Image by Fernando Palacios


Los orígenes

Desde su mismo nacimiento, el maquillaje ha sido un instrumento de comunicación no verbal que podía transmitir distintas emociones. En la época de la prehistoria hombres y mujeres ya comenzaban a aplicarse arcilla en la cara, ya fuera como ritual de apareamiento o como protección ante las inclemencias del clima. Los arqueólogos también creen que el maquillaje estaba asociado con culto a la divinidad, con alguna celebración fúnebre o simplemente como exaltación de la belleza; sea como sea, lo cierto es que las mujeres del paleolítico se coloreaban de marrón rojizo las diferentes partes del cuerpo empleando toscos productos elaborados a partir de grasas animales. El aceite más antiguo del que se tiene noticia estaba compuesto de sulfuro de antimonio, esto se sabe gracias a las pinturas rupestres que los hombres y mujeres del paleolítico dejaron grabadas en sus cavernas. 

Con la llegada de la edad del bronce los cazadores y danzantes empezaron a teñir algunas zonas de su cuerpo de colores rojo y negro mientras se embadurnaban el pelo con alguna arcilla. En América, los primeros habitantes del continente también se pintaban el rostro cuando iban a dar inicio a alguna celebración o cuando iban a pelear con alguna otra tribu por territorio. 


Un paseo por Roma

El imperio romano destacó por sus avances en ingenieria (recordemos que fue Claudio quien inició la construcción del primer acueducto), por su poderío militar, por su literatura y, particularmente, por sus excesos.  La prensa “rosa” se habría dado un festín con la cantidad de escándalos que se sucedían al interior del imperio. La joven Mesalina compitiendo con las prostitutas de la ciudad para ver cuál se llevaba más hombres a la cama mientras el emperador tartamudeaba su soledad en lo oscuro de su alcoba. Sería interesante saber cómo se maquillaban las mujeres de la antigua Roma, por algo resultan tan seductoras ante los ojos de los historiadores y faranduleros medievales. Pues bien, en aquellas turbulentas épocas las mujeres tenían a su disposición toda clase de cosméticos, muchos de ellos estaban destinados a disimular el inevitable paso del tiempo; era casi imposible encontrar una romana sin maquillaje. Cuando salían a la calle las mujeres se pintaban los ojos, las cejas y los párpados, y cosa curiosa, algunos hombres repetían este mismo ritual imitando la moda egipcia, tan admirada por los romanos (si quieres lucir como una emperatriz es pertinente que aprendas a maquillarte de la forma correcta, por eso visita nuestra fashion web y dale un nuevo aire a tu rostro).
 
Para blanquear la piel las mujeres utilizaban albayalde-carbonato de plomo; para pintar los ojos hacían uso de antimonio o los pintaban con azafrán; las mejillas eran coloreadas con orcaneta o minio, lo que les daba cierto toque chillón que los sátiros de la época aprovechaban para alimentar sus escritos burlones. Por lo general las mujeres empleaban  colores claros como el blanco y el rosado, no obstante conocían el poder seductor de unos labios rojos y hacían uso del carmín para darles tan apasionante tonalidad. Para las mujeres de Roma el maquillaje era algo más que un vehículo de coquetería; mediante este arte profundizaban aún más la distinción existente entre mujeres libres y esclavas. 


El encanto de Egipto

Más allá de sus pirámides, este milenario país encierra innumerables atractivos que lo convierten en un territorio misterioso y místico. Las mujeres egipcias son una parte fundamental para que el país bordeado por el Nilo despierte la atención de gentes de todas las épocas y naciones; nada más hay que fijarnos en Cleopatra y Nefertiti, dos mujeres que se convirtieron y leyenda y cuyas vidas transcurrieron en medio de traiciones, sexualidad y rimbombante belleza. Precisamente el sitio http://bellezaymoda.univision.com/ revela los secretos de belleza de estas dos faraonas que aún después de su muerte siguieron generando polémica. 

Image by Loren Javier



El maquillaje en Egipto era visto como algo necesario, más allá de un simple lujo o capricho. El caluroso clima de aquellas tierras obligaba a sus habitantes a buscar métodos que les permitiera lucir bien, el sol abrazador no era una excusa para andar con la piel desgastada o manchada. Las mujeres evitaban en la medida de lo posible exponerse al sol, y cuando lo hacían se cercioraban de aplicar los debidos productos que protegieran su piel. Los cosméticos ayudaban a protegerse de los implacables rayos solares; la base utilizada era el aceite que se extraía del balanites o de la moringa, el cual mezclaban con otras sustancias que se empleaban como pigmento; los ingredientes se molían y se mezclaban con goma o con agua hasta que quedaba formada una pasta de fácil aplicación. Se podía encontrar maquillaje blanco, negro (hecho a partir de carbón, plomo y galena), verde (elaborado con malaquita machacada) y rojo.

Para embellecer los ojos, tanto hombres como mujeres se aplicaban un polvillo negro conocido como mesdemet o khol; cuando se mezclaba con agua se convertía en un poderoso protector solar para los ojos, algo así como unos lentes contra rayos UV prehistóricos. La forma de aplicación consistía en trazar una fina línea alrededor de cada hoja. La sombra verde se empleaba para los párpados y oscurecer las cejas y pestañas. Para los labios y mejillas las mujeres aplicaban óxido de hierro humedecido para lograr un color rojizo. 

En la próxima entrega veremos como el maquillaje fue adquiriendo nuevos “aires” a lo largo del siglo veinte; desde el desparpajo y colorido de la década del 60 hasta la sobriedad de los años 30.